Os comentaba el otro día en Webs para encontrar pareja o Facebook que, por lo general, encontrar pareja es una actividad que pertenece a la esfera privada del individuo, se produzca dicha búsqueda en internet o en la vida real.
Aunque, como en casi todo, caben matices: Tendemos a no dejar translucir nuestra intención de encontrar pareja hasta que no encontramos pareja. Normalmente llamamos a nuestros amigos y familiares cuando hay alguien en nuestra vida, pero no cuando ese alguien es una hipótesis y ni tan siquiera tiene rostro. Hay en esta actitud un componente muy arraigado en la naturaleza humana: el miedo a mostrarnos ante los demás como fracasados.
Confesar que se busca pareja -máxime si es en internet- parece que nos estigmatice y nos convierta en ciudadanos de segunda incapaces de hacer surgir candidatos a ocupar nuesto corazón y cama a la que chasqueamos los dedos. Pareciera que algo tan natural como buscar pareja nos asimila a pobres huerfanitos ávidos de cariño y migas de pan con besos (por así decirlo)
En cambio, a la que somos correspondidos por alguien nos falta tiempo para poner al día a todo nuestro círculo social (carteros inclusive) de la buena nueva, contando con todo lujo de detalles -normalmente no solicitados- el árduo proceso a partir del cual conseguimos encontrar pareja.
Es por esta característica tan propia de las personas que las webs para encontrar pareja siguen siendo la opción preferida para buscar el amor en internet, mientras que en cambio las redes sociales son insuperables para contarle a todos nuestros amigos/seguidores/suscriptores que hemos encontrado pareja.
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