sábado, 29 de diciembre de 2012

Encontrar pareja en internet: vamos a contar mentiras

Me surge la idea de este artículo al hilo de los resultados de la encuesta que comentábamos en la entrada Encontrar pareja en internet: estadísticas, y en concreto la parte que hacía relación al hecho de que al buscar pareja en la red mentimos un 70% más de lo que lo hacemos al ligar en persona.

¿Por qué mentimos al buscar el amor en internet?. Obviamente, estar parapetados tras un ordenador nos da cierta impunidad para mentir sobre cuestiones impensables en una cita cara a cara, tales como la edad, estatura, peso y hasta el sexo. Pero aquí subyace una cuestión más profunda que el hecho de tener la oportunidad de mentir, y es el hecho de que quien miente sobre cuestiones importantes no tiene realmente intención de encontrar pareja, entendiendo por encontrar pareja el hecho de refrendar el sentimiento surgido en internet en una cita en persona.

Evidentemente, hay gradaciones de mentiras. No es lo mismo añadirse un par de centímetros de altura de más y otros tantos de perímetro abdominal de menos que directamente restarle más de diez años a la edad de nuestro documento de identidad. Hay, por tanto, mentiras de las que se puede salir con un mínimo de dignidad si la persona nos interesa (y obviamente si nos perdona) y otras mentiras que -cual alud incontenible- nos persiguen hasta arrollarnos y enviarnos ladera abajo hasta el barranco del olvido (por así decirlo)

Hay mentiras comprensibles, fruto a veces de la desesperación. Entras en una web para encontrar pareja, conoces a alguien que te gusta de verdad, chateas con él/ella y te sube ese cosquilleo desde la boca del estómago que ya has aprendido a identificar. Y de repente tu interlocutor/a virtual te descoloca al confesarte que busca una cualidad objetiva/física (aquí cabe desde una franja de edad determinada hasta una altura, densidad de cuero cabelludo o ausencia de michelines) que tú no posees. Es hasta cierto punto normal que te atribuyas esa cualidad inexistente en la confianza de que el tiempo y tus muchos encantos acaben por convertir dicho requisito exigido de contrario en una mera cuestión secundaria.

El problema es que, como decimos, la finalidad de entontrar pareja en internet entraña una segunda fase que implica un cara a cara. Y llegados a ese punto del inevitable camino cuando nos asalta la duda: ¿Se lo digo antes de quedar? ¿Se lo explico cuando nos veamos? ¿Le doy plantón?

Dejo el final abierto, no me atrevo a aconsejar nada al respecto. Sólo añadir a modo de apostilla que encontrar pareja, sea en internet o en la vida real, implica desnudarnos antes que disfrazarnos.


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