Parafraseando la célebre novela de ciencia ficción pretendo analizar qué es lo que mueve a una persona en un momento dado a plantearse "quiero encontrar pareja", y si esa necesidad/querencia es exclusivamente humana o consustancial a la naturaleza en sus diferentes manifestaciones.
El reino animal sería el único que nos proporciona referentes en cuanto a la necesidad de encontrar pareja. Eso sí, aquellas especies en las cuales tras el apareamiento entre el macho y la hembra pervive una relación asimilable a la pareja suele estar ésta basada en dos únicos conceptos: reproducción y protección (de la pareja en sí o de los hijos de la misma). Dos conceptos que podemos resumir en una palabra: supervivencia.
Los humanos en cambio, cuando decimos lo de quiero encontrar pareja pretendemos referirnos a algo más íntimo y menos básico. Cuando pretendemos encontrar una pareja que nos entienda nos quedamos sin equivalencias en el mundo animal (un arce hembra no pretende que un macho la comprenda, y los arces machos ya ni te cuento). Y así con muchas características y motivaciones que decimos tener como justificación de nuestra necesidad de encontrar pareja.
Y esto nos devuelve a la pregunta: ¿los seres humanos somos la única especie sobre la faz que pretende cosas diferentes a la hora de encontrar pareja o bien es que vestimos esa necesidad básica que tienen todos los animales con unas características que en realidad no existen?
Dicho de otra manera -y perdonad por el ejemplo- pero cuando vamos a un restaurante de lujo y mantenemos una educada conversación a la luz de las velas mientras saboreamos un magret de pato a la reducción de Pedro Ximenez, ¿no estamos realizando la misma acción que una hiena ante el cadáver de un ánade, pero vestida/sublimada de forma tal que no parezca que somos en el fondo animales?¿No será eso mismo lo que sucede cuando queremos encontrar motivaciones casi metafísicas al pretender encontrar pareja?
Ahí lo dejo.
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