¿Qué es lo que puede suceder cuando el medio que utilizan muchas personas para ser infieles (internet) se utiliza para encontrar pareja?.
Pues de entrada lo que conlleva es un desajuste importante con respecto a diferentes conceptos que en las relaciones tradicionales parecían asentados. Por ejemplo, y es el tema al que quiero ir hoy: ¿A partir de qué momento se puede considerar que esa persona que chatea contigo es tu pareja y, en consecuencia, en qué momento si esa persona chatea en los mismos términos con otra persona te está siendo infiel?
Si alguien te invita (o le invitas tú) a una cena, y -aún sin mantener relaciones sexuales y sin aparejar cepillos de dientes en el mismo baño- hay besos, promesas y manifestación de sentimientos, supongo que todos tenemos muy claro que existe entre ambos un pacto tácito de no repetir dicho ritual con terceros hasta no haber clarificado en un sentido u otro lo que sentís respectivamente. Esto es, si te encuentras a esa persona en el mismo restaurante cenando, besando y prometiendo las mismas cosas a otra persona de tu mismo sexo estarás legitimado/a para estamparle la vichyssoise de espárragos en la cabeza (salvo que de hecho tú hayas acudido a dicho restaurante con otra persona a fin de seguir el mismo protocolo de actuación que tu pareja de ayer).
Pero este ejemplo, que tan nítido resulta en la vida real, se difumina cuando sustituimos "cena" por "chat" y "restaurante" por "web para encontrar pareja". En foros y comunidades se reproduce una y otra vez la pregunta "¿me está siendo infiel?" referida a esta relajación del concepto de fidelidad que internet y en concreto las parejas hijas de internet están propiciando. Trataremos más del tema en próximas entradas.
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