viernes, 30 de noviembre de 2012

Tenemos que hablar


Esta frase, en boca de una mujer o de un cadáver,  suele provocar un temor visceral en los hombres. Si eres un hombre heterosexual y es tu pareja quien la pronuncia, prepárate para pasar unas horas terroríficas (sobre todo si tu pareja está viva).

Durante los meses que siguen al instante de encontrar pareja, los enfados de las mujeres duran poco y se suelen zanjar tras unos instantes de enfurruñamiento echando en cara el hecho puntual que ha provocado el enfado. 

- Y no quiero que la vuelvas a besar.
- ¡Pero si es mi hermana!
- ¡Además de vicioso, degenerado!  

El problema es que las mujeres, cuando le echan la bronca a sus parejas, necesitan explicarle TODAS las cosas que a su juicio han hecho mal desde que los conocen para acabar reprendiéndoles lo que en esa ocasión han hecho mal. En consecuencia, treinta años después de encontrar pareja, si la mujer del ejemplo anterior encuentra a su pareja en la cama con otra iniciará sus reprimendas como sigue:

- Ya debí imaginar que acabaríamos así cuando te pillé besando a la pelirroja...
- ¡Otra vez! Era mi hermana, y la besaba en la mejilla.
-...y tres días y cinco horas después, a la salida del instituto, te vi met....
Manolo, ¿me visto?
- Mejor seguimos donde estábamos cuando nos pilló. Total, al paso que va tardará al menos tres horas en echarnos la bronca por lo nuestro. 

 

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